Entre cánticos y plegarias, feligreses y activistas guatemaltecos recordaron este viernes en una misa a más de medio centenar de migrantes, en su mayoría de esta nación, que murieron en un accidente la semana pasada en el sur de México cuando buscaban llegar a Estados Unidos.
"Son tragedias humanas en las que nosotros no podemos quedarnos insensibles o callados", dijo en la actividad religiosa en la catedral de la capital el sacerdote católico brasileño Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante de Guatemala.
Verzeletti instó a los gobiernos de la región a poner mayor atención al fenómeno migratorio, así como invertir en el desarrollo para evitar los éxodos.
"El migrante no puede ser tratado como un delincuente o un criminal. Son personas, son seres humanos, son trabajadores que quieren construir un futuro mejor", agregó el religioso al recordar a las víctimas y solidarizarse con sus familias.
Una mochila, un par de tenis y una botella con agua fueron colocados cerca del altar de la catedral, como símbolos de los artículos que usualmente utilizan los migrantes en su camino por llegar a suelo estadounidense.
El 9 de diciembre, un tráiler que transportaba migrantes hacinados chocó contra un muro en el estado de Chiapas (sur), presuntamente por exceso de velocidad. Las autoridades mexicanas cuentan 56 muertos y más de un centenar de heridos de diferentes nacionalidades, principalmente de Guatemala.
Hasta ahora, el estatal Registro Nacional de las Personas de Guatemala, que desplegó funcionarios en México, ha identificado a 10 guatemaltecos entre los fallecidos por medio del cotejo de huellas.
"Esta realidad es injusta, las víctimas, salieron, no por su voluntad, sino porque las necesidades los obligan", indicó Laura Yax, vicepresidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Guatemala.
"Tenemos mucha indignación y mucha impotencia porque creemos que no puede seguir sucediendo (estas tragedias). Tenemos que decir hasta aquí de tanta muerte de hermanos y hermanas", agregó Yax, ataviada con una colorida vestimenta indígena.
Cada año, miles de guatemaltecos huyen del país en busca de mejores oportunidades económicas en Estados Unidos ante la pobreza que alcanza a más de la mitad de los casi 17 millones de habitantes.
A la vez, Estados Unidos deporta masivamente a guatemaltecos. En 2019, la cifra alcanzó un récord de 54,599 expulsiones vía aérea, pero la pandemia interrumpió el incremento anual por la suspensión de vuelos y en 2020 fueron 21,057 personas.